martes, 31 de julio de 2012

Hugo Chávez vuelve a salir al mundo


“La mejor manera de recuperar el tiempo perdido es andar más rápido”, dijo a pie de avión el presidente venezolano, Hugo Chávez, tras aterrizar en Brasilia para participar en la cumbre del Mercosur (el bloque comercial sudamericano) que ha sellado el ingreso de Venezuela, tras seis años de negociaciones. La frase, que da pábulo al doble sentido, define a la perfección la nueva ofensiva política del presidente bolivariano, que ha reaparecido en Brasilia pletórico, con apariencia saludable, paso firme y algunos kilos de más debido al tratamiento con esteroides recibido en Cuba para frenar el avance del cáncer que lo aqueja y que, según él, ya está curado. Pese a los pronósticos fatales que no le daban más que algunos meses de vida, Chávez aparenta ser el mismo de siempre: ese hombre incombustible, expansivo y socarrón que tiene respuestas para todo y cuyo ritmo vital es difícil del seguir por sus iguales.
El comandante, que encabeza las encuestas para las elecciones del 7 de octubre, cumplió el sábado 58 años y lo festejó con un mitin de varias horas en un barrio pobre de Caracas, bailando, cantando y compartiendo tarta con sus seguidores. El martes llegó al palacio de Planalto pasadas las diez de la mañana y sobre la marcha decidió alterar el protocolo de la ceremonia, que contemplaba su entrada por la puerta lateral y la subida a la planta principal en ascensor. En su lugar, Chávez entró en el palacio presidencial por la puerta grande y ante una formación de la guardia presidencial y decenas de cámaras. Subió la rampa con paso firme y sin ayuda de nadie. Hacía más de un año que no visitaba Brasilia, desde el 6 de junio de 2011, poco antes de que le diagnosticaran el sarcoma que, según algunos círculos médicos, aún no se ha extinguido. En la puerta del palacio le esperaba sonriente su homóloga Dilma Rousseff, la principal impulsora de la entrada de Venezuela en el Mercosur. Las cámaras captaron un caluroso abrazo, besos en el rostro y una breve charla en tono cordial, aunque lejos de la complicidad y el compadreo que existe entre Chávez y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Salvando las diferencias, a los tres los une la lucha contra el cáncer. “El día de hoy tiene una similitud con el día que este pueblo de Brasil eligió a su presidente Lula da Silva (…) Tengo la certeza de que a partir de hoy entraremos en un nuevo periodo de aceleración de la historia. De aceleración y cambios”, dijo el exparacaidista ante los periodistas.
Según airea en Twitter el doctor venezolano residente en Miami Rafael Marquina, Chávez sufre de un rabdomiosarcoma incurable que en este momento está en remisión por el tratamiento con quimioterapia y radioterapia recibido durante el último año en Cuba. El problema, según Marquina, es que el líder venezolano se niega a someterse a una cirugía para extirpar definitivamente el tumor, ya que la operación lo dejaría fuera de juego en plena campaña electoral. En Brasilia circulaban rumores de que Chávez podría aprovechar su viaje a Brasil para hacerse un chequeo en el hospital Sirio Libanés de São Paulo, donde recibieron exitosos tratamientos Lula da Silva, Dilma Rousseff o el expresidente paraguayo Fernando Lugo, todos ellos recuperados de diferentes tipos de tumor.
En cualquier caso, Chávez se encuentra en plena forma a juzgar por la apariencia que ha mostrado en Brasilia, donde firmó un acuerdo bilateral con Brasil para comprar hasta una veintena de jets Embraer; escenificó la entrada de su país en el Mercosur, posó y habló ante la prensa; citó a Heráclito, la Biblia, el general San Martín, Juan Domingo Perón o Simón Bolívar.
Chávez ha hecho lo posible para sacar rentabilidad electoral al hecho de que su país haya ingresado en el bloque comercial y para acallar las críticas por su decisión de abandonar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

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